viernes, 17 de octubre de 2014

LO PÚBLICO, LO BLINDADO Y EL SUPUESTO FIN DE CICLO (por Pablo Mattesz para SOSTIENE K) Uno



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LO PÚBLICO, LO BLINDADO Y EL SUPUESTO FIN DE CICLO
(por Pablo Mattesz para SOSTIENE K)
Uno entiende que las notas, opiniones y flyers que producimos se leen en distintos puntos a lo largo y ancho de nuestro país, así que la primera parte de esta publicación va dirigida, sobre todo, a quienes no viven ni frecuentan la ciudad de Buenos Aires.
Los otros días, en ese sentido, escuché las declaraciones de Ramón Díaz, el ex DT de River y otros clubes en la Argentina; el mismo que en los noventa se autorreferenciaba como "el segundo riojano más famoso" en clara referencia al ex Presidente oriundo de dicha provincia. De esta forma, su postura política nos quedaba clara desde entonces. Pero ahora parece que, con ese sesgo característico de la política de los noventa y que el Pro ahora desea reproducir, se lanza a la arena política en su Rioja natal. En las declaraciones referidas, Díaz sostuvo que le gustaría que en su provincia se repredujera el éxito en la gestión de Macri en la CABA, quien solucionó los temas de tránsito, mejoró la seguridad, etc. etc.
Como suelo hacer de vez en cuando, el domingo 12 de octubre fui con mi familia al Parque Sarmiento, en el barrio de Saavedra de la Ciudad de Buenos Aires. El estado de abandono y deterioro en que se encuentra el predio es vergonzoso: las parrillas desaparecieron y hay que alquilarlas o llevar las propias; los pastos por lo general están crecidos; de las canillas y piletas en que las familias lavan platos o verduras para su preparación o higienizan a los más chiquitos, deben funcionar dos de cada diez; las mesas están rotas y mugrientas siempre; los baños son precarios y tanto el de mujeres como el de varones no tienen la puerta en el habitáculo que está el inodoro, por lo que cuando alguien necesita usarlo, algún amigo o familiar se para en la entrada del mismo para que no se vea e indicar que se está usando; las otrora canchas de fútbol tienen montañas de tierra en su perímetro que imposibilitan su uso...
Ayer mi hijo de ocho años, andando en bicicleta en el parque, se cayó y cortó en forma profunda a la altura del codo. Desde luego en el parque al que asisten cientos de personas cada fin de semana, no existe el más mínimo servicio de salud, por lo que los empleados, siempre bien predispuestos y atentos, llamaron rápidamente al SAME (servicio de ambulancias y urgencias de la ciudad) y a los diez minutos estuvieron en el lugar. Examinaron al nene y decidieron su traslado al Hospital Pirovano, el centro de asistencia público más cercano al Sarmiento.
Una vez en el Hospital mi hijo fue revisado por las profesionales del sector Pediatría, quienes con una orden nos enviaron a la guardia de adultos, donde debía atenderlo un cirujano para suturar la herida. Allí debemos haber estado por espacio de cuarenta y cinco minutos o una hora, sin novedad.
Como mi nene, amén de estar lógicamente asustado con su situación, asistía con mayor susto aún a los cuadros que veía pasar por la guardia de adultos, le avisé a la médica encargada que me llevaba al chico al servicio pediátrico de su obra social.
Quiero dejar en claro que, como todos los servicios públicos de la ciudad, subejecutados presupuestariamente desde que el Pro es gobierno, los mencionados en la nota funcionan gracias a la vocación, laburo desinteresado y voluntad inquebrantable de sus empleados y profesionales, a quienes no sólo dejo fuera de mi comentario sino que agradezco su trato respetuoso y humanitario.
Esta es la ciudad que no te cuentan Macri, Ramón Díaz, Niembro, ni los medios que blindan la imagen del Jefe de Gobierno porteño para impulsar su candidatura a partir del ocultamiento o la mentira. Una ciudad donde la clase media, media baja y baja no existe, es un gasto o nada merece. Donde inscribirse en las escuelas públicas es un quimera, conseguir un turno en un Hospital una amansadora de horas, donde los lugares de esparcimiento público están sumergidos en el abandono. Porque es así, porque el pobre es pobre y nada merece en sus conceptos. Una ciudad que tiene el presupuesto más alto del país, se endeudó en forma alarmante y subió las tasas y peajes en porcentajes alejados de cualquier realidad sensata.
Esto pretenden extrapolar al resto de la patria: un país chiquito, para pocos, en el que las mayorías se queden afuera de todo y sólo padezcan para todo. Realizar esto a nivel nacional sería su fin de ciclo kirchnerista tan ansiado.
No pasarán

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